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Estudio Arqueológico de la “Avenida de la República” de Bogotá

Proyectos y categorías:
Arqueología histórica, Cultura material, Cultura Material y Sociedad, Desarrollo urbano, Investigación documental, Tipos cerámicos
Equipo:
Catalina Roa, Daniela Vargas, David Cohen, José Leonardo Patiño Romero, Juliana Dávila Gamboa, Martín Andrade Pérez, Mauricio Hoyos, Monika Therrien, Teresita Cordero

Este estudio comprende las excavaciones arqueológicas previas a la obra de peatonalización de la carrera séptima, entre la Avenida Jiménez y la calle 26. Contrario a la Calle Real, tramo de la misma séptima entre la calle 10 y la Avenida Jiménez, el eje tuvo diversos nombres a lo largo del tiempo y en diferentes sectores: camellón de San Francisco, de las Nieves y de los Tres Puentes, calle larga de las Nieves y calle de San Diego. Así mismo, se caracterizó por su proceso de urbanización y expansión hacia el norte, más lento e irregular.

Sin embargo, al igual que en la Calle Real, es un eje en el que aún existen testimonios arqueológicos, principalmente de la actividad comercial y de los servicios públicos instalados en distintas épocas. Una de las actividades comerciales más importantes que tuvieron lugar al costado norte del río San Francisco (hoy Avenida Jiménez) fue el de la plaza de mercado, la que funcionó en la actual plaza de Santander. El mercado, aparentemente diario o semanal, en las primeras décadas luego de la fundación de Santafé de Bogotá, fue surtido principalmente por indígenas venidos de distintos pisos térmicos que abastecían de una variedad de productos a los pobladores de la ciudad. Una vez se consolidó el mercado en la plaza mayor (de Bolívar), se turnaron en distintos días de la semana esta actividad.

El mercado generó entonces cúmulos de desechos, resultado no sólo de los sobrantes de los productos ofrecidos sino también, posiblemente, de la preparación y consumo de alimentos en el mismo lugar. De esta manera, entre el relleno de barro y cenizas no sólo se encuentran fragmentos de platos, ollas, botijas y jarras, sino de restos óseos de animales, particularmente de res y de cerdo.

Asociado al relleno de basuras, se encontró un piso en piedra el cual podría corresponder al primer empedrado que tuvo este sector de la ciudad. Sin embargo, contrario a la imagen bucólica que generalmente se asocia al pasado colonial de la ciudad, este piso en piedra es bastante precario e irregular, acorde con los efectos de las lluvias, las obras, el tránsito y poco mantenimiento. Por encima de este primer piso, no se encontraron los empedrados posteriores (que se observan en las ilustraciones del siglo XIX), los cuales, al igual que en la Calle Real, fueron removidos en su totalidad.

 

Así mismo, como sucedió en la Calle Real, se encontraron atanores coloniales, tanto de inicios del siglo XVII como de finales del siglo XVIII y las cañerías del siglo XIX, por lo menos una de ellas aún en funcionamiento. También están presentes los rieles del antiguo sistema del tranvía, los que presentan pequeñas variaciones respecto a los hallados en la Calle Real, como el uso de madera de eucalipto para las traviesas y de tensores de hierro corrugado, que resultó siendo el más económico, una muestra de las dificultades financieras para mantener el sistema en sus últimos años.

 

Como hallazgos diferentes a los de la Calle Real, está el cableado del sistema de alumbrado público en Bogotá. De estos se encontraron cables importados desde Alemania, lo que por sus características se pudo verificar con las fuentes de archivo, que se componen de cables de cobre, un protector de caucho, plomo y hasta un revestimiento hecho con un trenzado en yute, y fueron hallados embebidos en una caja de madera, protegidos por brea y sellados con una hilera de adoquín de barro cocido.

 

El proyecto sigue en curso y se verificará el comportamiento de estos hallazgos hasta la calle 26.


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